EUROPA
PRESS
7 junio
2016
Llevar a cabo una dieta mediterránea rica en grasas vegetales,
como el aceite de oliva virgen extra o los frutos secos, y sin restricción de
calorías, no provoca un aumento de peso, en comparación con una dieta baja en
grasa, tal y como ha demostrado un estudio liderado por el doctor del Centro de
Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición
(CIBEROBN), Ramon Estruch,
y que ha sido publicado en la revista 'The Lancet
Diabetes & Endocrinology'.
Así, el trabajo advierte de
que las directrices actuales de la salud que recomiendan una dieta baja en
grasas y en calorías crean un miedo "innecesario" sobre las grasas
saludables presentes en la dieta mediterránea y que han mostrado ser
beneficiosas para la salud.
De hecho, diversas
investigaciones científicas sugieren que el contenido total de grasa no es una
medida útil de los daños o beneficios que producen los alimentos, por lo que
abogan por poner el énfasis en el hecho de comer más calorías procedentes de
frutas, frutos secos, verduras, legumbres, pescado, aceites vegetales ricos en
fenoles, yogures y granos integrales mínimamente procesados; y menos de
alimentos procesados ricos en almidón, azúcar, sal o grasas trans.
"Durante más de 40
años, la política nutricional ha abogado por una dieta baja en grasa, pero
estamos viendo poco impacto en el aumento de la obesidad. Nuestro estudio
muestra que una dieta mediterránea rica en grasas vegetales, como el aceite de
oliva virgen extra y los frutos secos, tuvo poco efecto sobre el peso corporal
o la circunferencia de la cintura, en comparación con las personas que siguen
una dieta baja en grasa. La dieta mediterránea tiene beneficios para la salud
conocidos e incluye grasas saludables, tales como aceites vegetales, pescado y
frutos secos", ha recalcado el experto.
Para alcanzar esta
conclusión, los científicos analizaron, entre los años 2003 y 2020, a 7.447
personas de entre 55 y 80 años procedentes de once hospitales de España. De
ellos, 2.543 se sometieron a una dieta mediterránea no restringida en calorías
y rica en aceite de oliva, 2.454 a una diera mediterránea sin restricciones en
calorías y rica en frutos secos, 2.450 realizaron una dieta baja en grasa.
Reduce el peso y la cintura
Todos los participantes
presentaban alto riesgo cardiovascular o diabetes tipo 2, y más del 90 por
ciento tenían sobrepeso o eran obesos. De esta forma, a los cinco años, los
investigadores comprobaron que la ingesta total de grasa disminuyó en el grupo
de dieta baja en grasas, mientras que en los grupos de la dieta mediterránea
aumentó ligeramente, al igual que el consumo de verduras, legumbres, frutas y
pescado. No obstante, en ambos disminuyó el consumo de productos de carne,
dulces y productos lácteos.
Además, los participantes
de los tres grupos perdieron algo de peso, aunque la mayor pérdida de kilos se
produjo en el grupo de la dieta mediterránea rica en aceite de oliva, quienes
redujeron 0,88 kilos de peso, en comparación con los 0,60 kilos del grupo de
dieta baja en grasa y de los 0,40 kilos del grupo de frutos secos.
Ahora bien, hubo un aumento
de la circunferencia de la cintura en los tres grupos, con el mayor incremento
observado en el de la dieta baja en grasa. En concreto, los participantes del
primer grupo aumentaron la circunferencia de su cintura 1,2 centímetros, en
comparación con los 0,85 centímetros del grupo de aceite de oliva y de los 0,37
centímetros del resto.
"Debemos abandonar el
mito de que los productos bajos en grasas y calorías conducen a una menor
ganancia de peso. Esta ilusión lleva a políticas paradójicas que prohíben la
leche entera, mientras permiten leche desnatada endulzada con azúcar y, a su
vez, obligan a los fabricantes de alimentos, minoristas y restaurantes a
eliminar la grasas saludables derivadas de vegetales de comidas y productos,
mientras se comercializan productos bajos en grasa de dudoso valor para la
salud", han zanjado los expertos.